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¿Qué es es una ducha terapéutica?


La utilización de duchas terapéuticas es una experiencia sensorial que aporta grandes beneficios para a la salud. Estas duchas estimulan el organismo tal y como lo haría un masaje utilizando distintos procedimientos en los que se combina el tipo de surtidor, la regulación de temperatura y presión y la presencia de otras técnicas como la cromoterapia y la aromaterapia.
El tipo de surtidor utilizado determinará en la mayoría de los casos la presión a la que el usuario recibe el impacto del agua. En este sentido, podemos encontrar duchas que expulsan el agua en forma de lluvia, mediante chorros a presión, en cascada, pulverizada, con cubo de impacto o multijet, que combina varios surtidores.
Existen muchos tipos de duchas terapéuticas distintas y es posible que varíen en función del spa, pero en líneas generales podemos destacar:

  • Ducha escocesa: Alterna temperaturas y presiones, de manera que el sistema circulatorio se reactiva y los tejidos se tonifican.

  • Ducha babosa: Esta ducha es muy relajante, ya que se emplea agua templada o caliente con una presión muy baja, a modo de una suave caricia q se desliza por la piel.

  • Ducha afusión: Esta ducha no se realiza de pie sino, sino en una camilla especial que incluye una estructura superior por la que sale el agua. La temperatura y la presión son regulables, por lo que puede ser utilizada para tratar diversas afecciones.

  • Cubo frío: Esta ducha de impacto estimula al instante el riego sanguíneo. Se activa al accionar el mecanismo de volcado de un cubo situado en la parte superior de la ducha.

  • Ducha nebulizada: El agua pulverizada crea una atmósfera relajante y estimulante a la vez.

  • Ducha de sensaciones: el efecto del agua a distintas temperaturas se combina con la cromoterapia y la aromaterapia para crear una sensación de total relajación.



Beneficios de una ducha terapéutica


Cada cada tipo de ducha está indicada para tratar un problema específico (estrés, tensión muscular, etc.). No obstante, también pueden usarse como si de un circuito acuático se tratara.
La temperatura es otro factor importante para determinar los beneficios que aporta cada ducha. Así, las duchas de agua fría estimulan el sistema circulatorio y tonifican los tejidos, las duchas de agua caliente relajan el sistema nervioso y los músculos y producen un efecto sedante y las duchas bitérmicas, que alternan agua fría y caliente, equilibran el sistema circulatorio y revitalizan el organismo.
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